Archilestes tuberalatus Williamson, 1921
corsario de San Esteban, libélula de San Esteban, Venezuelan spreadwing, San Esteban spreadwinged
Esta especie de libélula se caracteriza por la llamativa coloración de su tórax de un intenso verde metálico arriba, cubierto
de pruinescencia azulosa en los lados y en la zona ventral. Su abdomen es negro con reflejos verdes metálicos y los dos segmentos apicales también están cubiertos del mismo resplandor azuloso. Tiene alas transparentes que mantiene siempre
abiertas o semiabiertas en reposo. Su tamaño total es de 6,5 cm. La hembra se parece al macho.
Especie endémica de Venezuela, restringida a la ladera caribeña de la porción central de la cordillera de la Costa (Williamson
1921). Las únicas poblaciones conocidas se ubican en San Esteban y alrededores, en el estado Carabobo, y cerca de Choroní
en el parque nacional Henri Pittier, estado Aragua (De Marmels 1999). También se cuenta con un único registro en Rancho
Grande, en la estación biológica ubicada en el mencionado parque (De Marmels 1982). Habita en pozos sombríos, alrededor
de quebradas pequeñas del bosque a menos de 300 m de altitud.
Se desconoce el estado actual y la ubicación de sus poblaciones, aunque probablemente esté presente en otras quebradas similares en los parques nacionales Henri Pittier
y San Esteban (De Marmels 1999). Es dudoso que haya más de unos cientos de individuos. La localidad típica en San Esteban se encuentra hoy día bastante alterada:
el bosque ha sido reducido a una línea delgada que bordea la quebrada, quedando el área donde habita la libélula expuesta al sol casi en su totalidad. Para 1997, en un
recorrido de campo por su hábitat, no se encontró a Archilestes tuberalatus. También en 1997, otra población fue ubicada en una quebrada pequeña cerca del pueblo de
Choroní, en el Henri Pittier, un lugar que parece similar a lo que era la quebrada de San Esteban en los años veinte (Williamson 1921). El lugar donde hace vida la especie
está restringido a quebradas a baja altura en la superficie de los cacaotales del litoral caribeño, donde la selva está amenazada por el avance de fincas, conucos y desarrollos
turísticos. Si bien este raro insecto fue descubierto en 1921 en San Esteban, estado Carabobo, en el presente solo se ha reportado en el parque mencionado, y se estima
que esté presente en una extensión menor a 5000 km2
. Aparentemente es intolerante a modificaciones de su hábitat, el cual en gran parte se encuentra bajo fuerte presión
humana. El último registro de la especie data del año 2003. No ha sido evaluada a nivel internacional (IUCN 2014).
La alteración y pérdida del hábitat constituyen las principales amenazas para la especie. La deforestación para cultivos de cacao, de cambur, incendios intencionales en
la época seca, desviación del agua de las quebradas, el avance de fincas y conucos, así como el desarrollo turístico y la contaminación, son las causas principales de su
situación de riesgo (De Marmels 1999). Esta presión constante es considerable y no hay razones para estimar que disminuya en el futuro próximo.
No se han tomado medidas específicas para la protección de esta especie. Todas las poblaciones conocidas se encuentran en los parques nacionales San Esteban y Henri
Pittier, sin embargo, por su ubicación cerca de los linderos de los parques, son más vulnerables a perturbaciones y propensas a impactos humanos. En vista del impacto
de la actividad turística, se debe lograr el resguardo eficaz de los bosques costeros, especialmente los que se encuentran en parques nacionales. Asimismo, es crucial
prevenir el desvío del agua de las quebradas en esta región. Se propone la realización de estudios biológicos y ecológicos básicos a la mayor brevedad posible. Es necesario
conocer su distribución y abundancia actual, así como definir con exactitud los hábitats que utiliza y su estado de conservación. La especie no puede ser criada en cautiverio.