Diaphanos curvignathos Viloria, 1994
diáfano de Niquitao, Niquitao brown, Niquitao brown butterfly, Niquitao diaphanos.
Tiene una extensión alar que oscila entre los 14 y los 17 mm. La porción basal de sus alas anteriores y posteriores es de
color marrón rojizo en un tono fusco, el cual se torna más claro a medida que se acerca a la fracción distal. No se observa
dimorfismo sexual (Viloria 1994).
Diaphanos curvignathos se describió a partir de una serie tipo conformada por once ejemplares, todos provenientes del
páramo de Ortiz, estado Trujillo, entre 2850 y 3100 m de altitud. Constituye una de las tres especies del género endémicas de
esa región de Venezuela. Se ha visto en pajonales y bambusales bajos, intercalados con frailejón, siendo más común durante
la temporada de lluvias por estar asociada a las vegas lodosas o húmedas de los ríos (Viloria 1994).
No hay estimados cuantitativos que permitan conocer con certeza su tamaño poblacional. Entre 1991 y 1992, cuando la especie fue descrita, se consideraba poco
frecuente, sin embargo en 2003 se halló en su localidad típica, donde cuenta con una población abundante (Viloria 2008a). De acuerdo con la descripción de su hábitat se
puede estimar que ocupa un área de 132,77 km2 (AOO), con una extensión de 955,54 km2 (EOO). Se trata de un territorio severamente fragmentado e intervenido, con una
tendencia negativa significativa en los últimos diez años (Ferrer-Paris MSa). Diaphanos curvignathos fue clasificada En Peligro en 2008, y los resultados obtenidos sugieren
que se mantiene en esta categoría según los criterios B1ab(iii)+2ab(iii).
Su amenaza principal es la pérdida de la calidad del hábitat. El ecosistema predominante en este intervalo altitudinal del páramo de Ortiz se encuentra categorizado
regionalmente como amenazado debido al incremento notable de la intervención humana en las últimas dos décadas (Oliveira-Miranda et al. 2010c), en particular por la
colonización de vertientes, la deforestación, la ganadería y la siembra de monocultivos (principalmente papa) (MARNR 2000, Durán y Castaño 2004).
En la actualidad no hay medidas de conservación para la especie; además, el páramo de Ortiz no se encuentra bajo figura de protección alguna. Sin embargo, se llegó a
observar una mejora en las condiciones del páramo cuando se redujo la actividad ganadera en la zona entre los años 1990 y 2000 (Viloria 2008a). Es posible que existan
poblaciones de D. curvignathos en áreas protegidas con hábitats idóneos (Ferrer-Paris MSa). Es preciso intensificar muestreos para delimitar mejor su distribución real,
estudiar su ciclo de vida, los aspectos ecológicos, y observar su respuesta a los cambios en el uso de la tierra en el lugar (Ferrer-Paris et al. 2013a).