Tiburón de arrecife del Caribe
El tiburón de arrecife del Caribe, Carcharhinus perezi, es una especie de tiburón réquiem de la familia Carcharhinidae. Con un robusto cuerpo hidrodinámico típico de los tiburones réquiem puede llegar a medir entre 2 y 2.5 metros de longitud, esta especie es difícil de distinguir entre otros miembros de su familia, como el tiburón oscuro (C. obscurus) y el tiburón sedoso (C. falciformis).
El tiburón de arrecife del Caribe se alimenta de una gran variedad de peces de arrecifes, tanto óseos, cefalópodos, así como algunos elasmobranquios como las rayas águila (Aetobatus narinari) y las rayas amarillas (Urobatis jamaicensis).
Se encuentra principalmente en arrecifes de coral de plataformas continentales e insulares desde la superficie hasta una profundidad de 378 m.
Este tiburón costero tiene una productividad baja debido a un ciclo reproductivo bienal con una gestación de un año y camadas relativamente pequeñas de 3-6 crías.
Se encuentra en las aguas tropicales del océano Atlántico occidental desde Florida a Brasil, y es el tiburón de arrecife más comúnmente encontrado en el mar Caribe.
Tiburón de arrecife del Caribe Carcharhinus perezi ha sido evaluado recientemente para La Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN en 2019. Carcharhinus perezi está clasificado como En peligro según los criterios A2bcd.
Se captura como especie objetivo y como captura accidental en pesquerías artesanales y comerciales en toda su área de distribución. En las zonas donde no está protegida, se han producido reducciones de la población del 99% en las últimas tres generaciones (29 años) según las estaciones de vídeo submarino a distancia con cebo (BRUVS). Sin embargo, en las zonas donde existen medidas de protección, como los “santuarios de tiburones” (por ejemplo, Bahamas), la población se ha mantenido relativamente estable desde la década de 1980. Una comparación del número de tiburones por arrecife en todo el Mar Caribe basada en los datos de la BRUVS (Estaciones de Video Subacuáticas con Carnada) también sugiere que la abundancia es seis veces mayor en las zonas donde existen medidas de protección.
Para conservar la población y permitir su recuperación, será necesario un conjunto de medidas que pueden incluir la protección de las especies, la gestión espacial, la mitigación de las capturas accesorias y medidas de gestión de las capturas y el comercio (incluidas medidas de comercio internacional). La aplicación efectiva de las medidas requerirá formación continua y capacitación (también en el ámbito de la identificación de especies). El seguimiento de las capturas es necesario para comprender las tendencias de la población y fundamentar la gestión.