Palma murrapo La palmera de azaí, huasaí, naidí, o palma manaca, Palmito
Palmera monoica de tallos múltiples a veces algo inclinados, que pueden alcanzar 10-20 m de altura y 7-18 cm de diámetro, con raíces bien visibles en su base. Hojas pinnadas, de 8 a 14 por tronco, colgantes, con las bases formando un capitel verde o algo castaño. Folíolos abundantes, lineares, colgantes, dándole esa elegancia a las hojas. Inflorescencias naciendo en la parte baja del capitel, cubiertas de pelillos castaño-blanquecinos. Frutos globosos, de color negro-purpúreo. Se multiplica por semillas, que suelen germinar en el plazo de un mes. Requiere suelos ricos, aunque no estén muy bien drenados y climas suaves, con protección del sol directo en los primeros años. Su crecimiento es rápido.
Originalmente crece en bosques húmedos de las tierras bajas, en zonas inundables cerca de las riberas de los ríos. En el norte de Brasil, Guayana Francesa, Surinam, Guyana, Perú, Bolivia, en Esmeraldas al norte del Ecuador, Venezuela, el este de Panamá, en el Magdalena Medio y las regiones de Pacífico y Amazonía en Colombia.
Es utilizada para varios fines, siendo el de mayor afectación a nivel poblacional la explotación del corazón de la palma (cogollo) para obtener el palmito, muy apreciado en la actividad culinaria; en el pasado se conocían al menos tres marcas venezolanas que comercializaban palmito enlatado, cuya materia prima provenía de las poblaciones naturales. Los frutos son comestibles y se elabora una bebida refrescante, los tallos se usan en la construcción de viviendas y puentes. Las hojas se usan en el techado de construcciones rurales [5]. Aun cuando el uso de las hojas y frutos no se considera una amenaza, el conjunto de todas estas acciones no reguladas han ocasionado la pérdida paulatina de individuos en las distintas subpoblaciones existentes en el país. Debido a su amplia distribución en Venezuela la especie aún se considera bajo la categoría “Vulnerable”; sin embargo, de continuar la presión antrópica sobre su población sin supervisión, su situación de amenaza podría alcanzar niveles superiores.
No existen medidas específicas para la conservación de esta especie o de su hábitat. Se desconoce cuantitativamente el impacto que genera la explotación del corazón de la palma. Se recomienda el estudio de la ecología, conservación y manejo de esta especie particularmente en el estado Delta Amacuro.