> Cuspón

Priodontes maximus (Kerr 1792)

Taxonomía

Nombre científico:
Priodontes maximus (Kerr 1792)
Dominio:
Eukarya
Reino:
Animalia
Filo:
Chordata
Clase:
Mamíferos
Orden:
Cingulata
Familia:
Dasypodidae
Género:
Priodontes
Estado de conservación:
En peligro
Nombres comunes:
Cuspón, Cuspa gigante, Cuspa grande, Cachicamo gigante, Armadillo gigante Giant armadillo

Información

Descripción:
Es el cachicamo viviente más corpulento. Mide de 75 a 100 cm de longitud, y puede llegar a pesar hasta 30 kg. Su cabeza es gruesa con el dorso cubierto de placas poligonales, y el rostro es de forma cónica, desprovisto de pelos y de color carne. Aunque el vientre es desnudo, el resto de su cuerpo está cubierto por un caparazón flexible formado por placas pequeñas, grises y con tonos amarillentos hacia los bordes inferiores. Las garras son muy grandes y robustas, y la central mide hasta 20,3 cm siguiendo la curvatura. Es una especie nocturna, solitaria y terrestre, cuya dieta está compuesta principalmente por hormigas y termitas coloniales, aunque puede consumir larvas de otros artrópodos, culebras y carroña en general [1,2,3,4]. Por su tamaño, aspecto peculiar y mansedumbre, constituye un valioso atractivo para el turismo ecológico. La especie también es conocida con el sinónimo Priodontes giganteus.
Distribución:
Distribución: Es el único miembro de un género monotípico endémico de Suramérica y de amplia distribución. Se extiende al este de los Andes desde el norte de Colombia, Venezuela y las Guayanas, hasta el norte de Argentina, abarcando la cuenca del río Amazonas. En Venezuela se encuentra a lo largo de bosques densos del piedemonte de las cordilleras de la Costa y los Andes. Se ha registrado en el occidente de Apure, Barinas, Portuguesa, Lara, Yaracuy, Zulia, nororiente de Guárico, y sur del río Orinoco en Bolívar y Amazonas. Utiliza una gran variedad de hábitats que incluye desde sabanas hasta bosques húmedos siempreverdes.
Situación:
Es una especie de biología frágil, escasa por naturaleza, con baja capacidad reproductiva y de hábitos muy especializados. De ningún fragmento de su distribución se conocen estudios poblacionales. En Venezuela su distribución geográfica es amplia pero se encuentra localmente restringida con densidades poblacionales muy bajas [2,3,8]. Probablemente habitaba zonas de sabana donde en la actualidad ha sufrido extinciones locales debido a las altas tasas de explotación y a la destrucción de hábitat [6]. Al norte del río Orinoco las poblaciones están virtualmente extintas, particularmente en la cordillera de la Costa [8]. A escala internacional la IUCN clasifica a la especie como Vulnerable [9]. En Colombia se le reporta En Peligro, y en Perú y Ecuador como Vulnerable.
Amenazas:
Al ser un animal tan grande, enfrenta cacería indiscriminada con fines comerciales como fuente de alimento. Además, ciertas poblaciones indígenas amazónicas utilizan sus pezuñas para fabricar ornamentos [8,12]. Al norte del río Orinoco la presión de cacería se une a la destrucción de su hábitat, factores cuya convergencia resulta mucho más nociva que el impacto que ocasionan de manera separada. Esto ha dado lugar a la fragmentación y aislamiento de sus poblaciones.
Conservación:
A escala internacional la especie está incluida en el Apéndice I del CITES [15]. En Venezuela se encuentra especialmente protegida por la Resolución Nº 430 de 1988 que prohíbe la cacería de cachicamos, la cual se ratifica con el Decreto N° 1.485 (11/09/96) que establece su veda indefinida [16,17]. Es declarada Especie en Peligro de Extinción mediante el Decreto N° 1.486 (11/09/96) [18]. Algunas de las subpoblaciones se localizan en parques nacionales como Río Viejo-San Camilo (estado Apure), Guatopo (posiblemente la última en la cordillera Norte de Venezuela), Parima-Tapirapecó (estado Amazonas) y Canaima (estado Bolívar), aunque se desconoce la efectividad de estos parques como medida de conservación. Entre otras acciones para su protección, se ha emprendido iniciativas de concientización y educación, pero lamentablemente no han tenido continuidad. Se recomienda realizar investigaciones básicas que definan su distribución, tamaño poblacional, presión de cacería y efectividad del sistema de áreas protegidas para garantizar la sobrevivencia de poblaciones viables. Debido a las peculiaridades de la especie y a la naturaleza de su amenaza, es prioritario desarrollar campañas de concientización para divulgar los problemas que enfrenta, tomando en cuenta que no se tiene hasta el momento ningún indicio de recuperación de sus poblaciones locales.
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