Mannophryne lamarcai Mijares-Urrutia & Arends-R., 1999
Sapito Niñero de La Marca
Es una especie diurna, ribereña, que habita de forma permanente y temporal en estrechos arroyos de montaña, rodeados de bosques montanos húmedos. Algunos ejemplares de la serie tipo fueron encontrados entre pastos en una pequeña marisma a ambos lados de un camino de tierra, en una zona donde el bosque original es reemplazado por pastizales (Mijares-Urrutia y Arends 1999). Además, algunas de las nuevas localidades documentadas por Morán et al. (2016) corresponden a arroyos rodeados de parches de bosque secundario en áreas fuertemente deforestadas, de los cuales se infiere cierto grado de tolerancia a la modificación del hábitat. Los machos llaman desde las rocas a lo largo de los arroyos, durante el día (Mijares-Urrutia y Arends 1999). Al igual que otros Mannophryne, probablemente hace nidos terrestres cerca de arroyos y los machos llevan los renacuajos sobre sus espaldas a pequeños estanques en los arroyos, donde completan su desarrollo.
No ha sufrido cambios taxonómicos. Su posición filogenética, como parte de Mannophryne, ha sido corroborada por Manzanilla et al. (2009), Grant et al. (2017) y Rojas-Runjaic (2019).
Esta especie se conoce solo en tres localidades de la Serranía de Ziruma (estados Falcón y Zulia) en el noroeste de Venezuela, entre 600 y 1.460 m snm (Mijares-Urrutia y Arends 1999, Mijares-Urrutia et al. 2004, Morán et al. 2016). . Es probable que su área de distribución se extienda a otras áreas de este sistema montañoso, incluidos los cinturones altitudinales más bajos y más altos. Su extensión estimada actual de ocurrencia (EOO) es de 1.219 km2.
Basado en el gran número de especímenes (60) mencionados en la descripción original (Mijares-Urrutia y Arends 1999), esta especie era abundante en su localidad tipo en el momento de las colectas. Sin embargo, Mijares-Urrutia et al. (2004) la describieron como una especie rara y posiblemente en disminución debido a la pérdida de hábitat. Morán et al. (2016) no incluyeron ninguna observación sobre el estado poblacional de la especie en las nuevas localidades documentadas por ellos. Como no se han realizado nuevas encuestas en esta región, no se dispone de información reciente sobre el tamaño y las tendencias de la población.
Las principales amenazas para esta especie son la degradación y pérdida de hábitat debido a la agricultura a pequeña escala (principalmente ganadería pero también cultivos de subsistencia). Una parte importante del bosque nuboso que originalmente cubría los cinturones superiores de este sistema montañoso ha sido reemplazado por pastizales para la ganadería (Mijares-Urrutia et al. 2004, Mijares-Urrutia y La Marca 2015). La extracción de agua superficial para la agricultura, los incendios provocados por el hombre y el consumo excesivo de agua para la cría de ganado, el riego de cultivos y el uso doméstico son amenazas importantes. La contaminación del agua y el cambio climático también han sido identificados como amenazas potenciales para esta especie (Mijares-Urrutia y Arends 1999, Mijares-Urrutia et al. 2004, Mijares-Urrutia y La Marca 2015). Mijares-Urrutia y Arends (1999) alertaron sobre la alta frecuencia de malformaciones de las extremidades observadas en ejemplares de la localidad tipo (quizás debido a contaminación o parásitos), lo que puede representar una amenaza adicional. Las enfermedades infecciosas emergentes también deben considerarse amenazas potenciales para la especie. La Serranía de Ziruma está cubierta en su totalidad por seis áreas de protección no estricta enfocadas a la preservación de los recursos naturales (cuencas y bosques). Sin embargo, la falta de vigilancia y cumplimiento de la legislación ha socavado la función protectora de estas áreas.
Está catalogada como En Peligro porque su extensión de ocurrencia (EOO) es de 1.219 km2, se presenta en tres lugares definidos como amenaza y hay una expansión continua de las fronteras agrícolas y urbanas que amenaza algunos de los bosques donde vive la especie.
Acciones de conservación implementadas
No existen acciones de conservación dirigidas específicamente a esta especie. Su área de distribución se superpone con seis áreas de protección no estricta: las zonas protectoras de los ríos “Cuenca Alta de los Ríos Matícora y Cocuiza”, “Cuenca Alta y Media del Río Machango”, y “Piedemonte Andino-Serranía de Misoa-Trujillo”, “ Zona Protectora Represas “Burro Negro”, Reserva Hidráulica Nacional “Burro Negro” y Área Forestal Bajo Protección “Maticora y Cocuiza”.
Esta especie se encuentra catalogada como En Peligro Crítico (CR) en la Lista Roja de Fauna de Venezuela (Mijares-Urrutia y La Marca 2015).
Conservación necesaria
Es necesario fortalecer la vigilancia y el cumplimiento de las restricciones dentro de estas áreas de protección no estricta para garantizar la conservación del hábitat de la especie. Fortalecer el cumplimiento de las leyes nacionales relacionadas con la protección de cuencas y bosques también contribuiría indirectamente a la conservación de esta especie.
Investigación necesaria
Se requiere investigación sobre su historia natural, ecología, tamaño y tendencias de la población, amenazas y distribución geográfica. Además, debido a que las enfermedades emergentes representan una amenaza potencial para la especie, también se necesita investigación sobre su aparición, prevalencia y vulnerabilidad de la especie a estas enfermedades.