El tororoí de Táchira, Hormiguero tororoi tachirense
Hormiguerito pequeño que mide entre 17 y 18 cm de longitud. De costumbres terrestres, su plumaje es poco vistoso y sus colores predominantes son verde oliva, pardo, rojizo y negro. La parte inferior del pecho y laterales son de un color blanquecino opaco, barreteado ligeramente de gris. Su coronilla es más grisácea, y posee un bigote contrastante y distintivo de color crema. Se alimenta de insectos entre la hojarasca, sobre todo de hormigas, de ahí que su nombre común y el de la familia a la que pertenece haga referencia a estos insectos (Phelps Jr. y Meyer de Schauensee 1979, Collar et al. 1992, Ridgely y Tudor 1994, BirdLife International 2000, Restall et al. 2007).
Grallaria chthonia es endémica de Venezuela. Su distribución conocida está restringida a su localidad tipo, ubicada al suroeste de Táchira, en específico en la Hacienda La Providencia del río Chiquito, en las selvas nubladas entre 1.800 y 2.100 m de altitud. Algunos autores la consideran muy relacionada con Grallaria guatemalensis, mientras que otros la asocian más con Grallaria alleni, la cual se distribuye al oeste de Colombia y norte de Ecuador, y creen que podría tratarse de la misma especie. Sin embargo, la fuerte separación geográfica entre ambas aves y las claras diferencias en la coloración, justifican su tratamiento como especies separadas (Phelps Jr. y Meyer de Schauensee 1979, Collar et al. 1992, Ridgely y Tudor 1994, BirdLife International 2000, Restall et al. 2007).
Grallaria chthonia no ha sido observada en los últimos sesenta años, a pesar de varios intentos de búsqueda (Krabbe et al. 2013, Sharpe 2014). Solo se conoce por cuatro ejemplares machos colectados entre febrero de 1955 y marzo de 1956, que fueron empleados para su descripción. Su carácter endémico, la distribución muy limitada, estimada en menos de 500 km2, y la escasez de información sobre este taxón, imponen considerarla entre las aves que requieren de atención especial. Se encuentra en la misma situación que Grallaricula cucullata. A escala internacional es catalogada En Peligro Crítico, ya que sus poblaciones se estiman en menos de 50 individuos (BirdLife International 2015).
Su distribución localizada hace a Grallaria chthonia muy sensible a cualquier modificación de hábitat y la pérdida del mismo continúa siendo una amenaza latente, ya que en esta zona de los Andes venezolanos los procesos de deforestación son acelerados, alarmantes, y el parque nacional El Tamá se encuentra bajo presión extrema (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003). Gran parte del área de río Chiquito ha sido transformada en plantaciones de café. Entre 1.900 y 2.200 m de altitud, su hábitat ha sido modificado para cultivos de papas y otros vegetales (Collar et al. 1992, BirdLife International 2000, Krabbe et al. 2013, Sharpe 2014). En general, la región está considerada como una de las más amenazadas del país, incluso en el interior del parque nacional, donde existen sectores dedicados a usos no compatibles con su condición de área protegida, como cafetales y otros cultivos, además de ganadería, que en conjunto afectan casi 17% de la superficie total del área. Existen fuertes presiones para la ampliación de estas actividades, en especial en las áreas boscosas de los sectores Nula, Cutufí y Burgua. Además, son numerosos los incendios forestales y hay otros problemas asociados a su ubicación fronteriza, como invasiones, contrabando, personas indocumentadas, narcotráfico y guerrilla (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003, Lentino et al. 2005, Restall et al. 2007).
El Tamá es una zona de gran importancia biológica por la presencia de muchas especies endémicas y amenazadas, y está considerada como un Área de Importancia para la Conservación de las Aves (Pacheco Maica) (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003, Lentino et al. 2005, Restall et al. 2007). La Hacienda La Providencia está localizada dentro del Parque Nacional El Tamá. Es prioritario llevar a cabo estudios exhaustivos en la localidad tipo y zonas aledañas, ubicar y evaluar la población, principalmente entre mayo y junio, cuando se estima que la especie vocaliza con más frecuencia, determinar sus requerimientos ecológicos y la disponibilidad de hábitats, con énfasis en los valles aledaños (BirdLife International 2000, Krabbe et al. 2013, Sharpe 2014). Estos estudios podrían realizarse de forma simultánea con los de otras especies endémicas y amenazadas, de forma especial con Grallaricula cucullata, ave simpátrica con Grallaria chthonia y de requerimientos similares (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003).