> Matorral o arbustal espinoso


Taxonomía

Nombre científico:
Dominio:
Reino:
Filo:
Clase:
Aves, Anfibios, Mamíferos, Reptiles, Con Articulaciones, Sin Articulaciones
Gimnospermas, Angiospermas, Hongos, Helechos, Líquenes
Orden:
Familia:
Género:
Estado de conservación:
En peligro
Nombres comunes:
Matorrales espinosos, Arbustales espinosos

Información

Descripción:
Los matorrales espinosos son comunidades vegetales cuya composición florística está conformada por cactáceas, arbustos y arbolitos bajos (usualmente <5 m de alto), la mayoría provistos con espinas (Huber & Alarcón 1988, citado por Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010). La condición más frecuente en estas comunidades vegetales es una mezcla de espinares y cardonales, que pueden tener zonas con suelos relativamente desprovistos de vegetación. Los matorrales espinosos se caracterizan por tener un estrato superior, cuyo dosel asciende aproximadamente hasta 3 y 6 m de altura y puede mostrar diferentes grados de apertura. Está constituido principalmente por mimosáceas, cesalpináceas y caparidáceas. En la Familia de las Cactaceae los géneros Stenocereus, Subpilocereus y Pilosocereus, que alcanzan entre 6 y 8 m de altura. En el estrato intermedio, entre 0,5 y 2 m, destacan especies de los géneros Croton, Opuntia, Jatropha y Cnidoscolus. En el estrato inferior se encuentran plantas herbáceas de los géneros Lantana, Digitaria, Evolvulus, Sida, Sporobolus y cactáceas de los géneros Opuntia, Mammillaria y Melocactus (Soriano & Ruiz 2003, Fernández et al. 2007) citado por Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
Distribución:
Los arbustales espinosos (incluyendo los litorales) están distribuidos en la zona costera desde La Guajira hasta el golfo de Cariaco, en varias de las Dependencias Federales, en la Cordillera de los Andes y en la altiplanicie de Barquisimeto, que incluye a Lara y Falcón. La superficie ocupada por esta formación es de aproximadamente 20.300 km2 , lo que representa 2% del territorio nacional. Los dos estados con mayor representación de arbustales espinosos son Falcón y Lara, en orden decreciente (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
Situación:
La extensión de arbustales espinosos estimada para Venezuela en 2010 muestra una reducción de 19% con respecto a 1988. Los estados Falcón y Lara son los que presentan la disminución más notable. Con respecto al grado de intervención, para 2010 se reconoce que alrededor de 90% de la superfi cie ocupada por arbustales espinosos tiene algún nivel de modificación, y alrededor de 43% del total de la distribución, muestra intervalos de intervención de altos a muy altos (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
Amenazas:
Este tipo de ambiente, asociado a condiciones de aridez y a baja estabilidad y capacidad de carga por la simplicidad en su estructura, ha tenido escasa atención y sujeto por años a fuerte modificación antrópica. La cría de ganado caprino desde tiempos coloniales en tierra firme y recientemente en las islas es la principal actividad de producción en estas zonas. Esta práctica ha incidido en la aceleración de la pérdida del suelo, cuya naturaleza es altamente susceptible. La extracción de madera a partir de especies como el cardón (Subpilocereus repandus), el cují (Prosopis juliflora), la vera (Bulnesia arborea), la mora (Maclura tinctoria), el dividive (Caesalpinia coriaria) y el palo brasil (Haematoxylum brasiletto) ha ocasionado degradación y pérdida de cobertura vegetal (Matteucci 1986) citador por (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010). Adicionalmente, existe una amenza por la mineria a cielo abierto, asi como, es frecuente zonas de disposición de desechos y son evidentes los desarrollos urbanísticos poco planificados, con fines recreativos y vacacionales (Soriano & Ruiz 2003) citado por (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010). En el caso de la isla de Margarita, los arbustales espinosos han sufrido un impacto asociado a la explotación de arena a cielo abierto, agravado por tratarse de ecosistemas insulares ya de por si restringidos. El deterioro ambiental de esta actividad ha sido selectivo, afectando principalmente los cauces de los ríos y quebradas. La destrucción ambiental es evidente en la diversidad de fauna, con varias poblaciones en situación crítica, incluyendo el venado endémico (Odocoileus margaritae) y la cotorra margariteña (Amazona barbadensis), Ave Regional del Estado Nueva Esparta (Rodríguez & Rojas-Suárez 2008).
Conservación:
En la actualidad, el porcentaje de esta formación que se encuentra en áreas protegidas de conservación corresponde a 5% de su superficie, con un 19% adicional en áreas protegidas de manejo. Específicamente en parques nacionales, las mayores proporciones resguardadas se encuentran en el PN Médanos de Coro (Falcón) y el PN Dinira en el estado Lara (Soriano & Ruiz 2003) citado por (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010). Considerando que esta formación representa sólo un poco más de 2% del territorio nacional, es evidente de que se trata de una de las formaciones con menor representación en el sistema de áreas protegidas de Venezuela (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
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