Dominan las familias Fabaceae, Mimosaceae, Caesalpiniaceae y Bignoniaceae, acompañados de otras como Zygophyllaceae, Cactaceae, Capparaceae, Erythroxylaceae, Rubiaceae, Sapindaceae, Euphorbiaceae y Flacourtiaceae.
Entre las especies que se reportan están: Bourreria cumanensis, Tabebuia serratifolia, Handroanthus chrysanthus, Acacia polyphylla, Guapira pacurero, Erythroxylum havanense, Trichilia hirta, Astronium graveolens, Tabebuia billbergii, Cordia alliodora, Swietenia macrophylla, Cedrela odorata, Samanea saman, Bombax ceiba, Bulnesia arborea, Caesalpinia punctata, Simira klugei, Capparis pachaca, Capparis odoratissima, Crataeva tapia, Trichilia hirta, Coursetia ferruginea, Acacia tortuosa, Acacia macracantha, Prosopis juliflora, Capparis odoratissima y Astronium graveolens.
Presnta lluvias anuales que varían entre 700 a 1200 mm, con un período de sequía de 3 a 6 meses continuos.
*** Sedimentarias, Metamórficas ***
*** Bosques deciduos, Bosques Caducifolios ***
Este bosque deciduo presenta un sólo estrato arbóreo relativamente continuo, aunque en condiciones más favorables de humedad puede presentar 2 estratos, alcanzando alturas cercanas a los 20 m o más. La sequía es el factor determinante de que el 90% de las especies pierdan sus hojas por un tiempo prolongado, lo que le imprime un típico color grisáceo cuando se observa desde puntos distantes. (González, 2013)
Se ubican principalmente en tierras bajas al norte de Venezuela, pero en algunas zonas colinosas pueden alcanzar de 500 m a 600 m de elevación. Su extensión total (28.858 km2 ) representa 3,2% del país. Los estados con mayor área de bosques deciduos son Lara, Anzoátegui, Bolívar y Falcón, aunque se reportan que están presentes en las cuatro regiones del país, en doce subregiones y diez sectores (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
Es una de las formaciones vegetales más amenazadas de Venezuela y gran parte de su extensión ya ha sido eliminada. Entre 1988 y 2010 se perdió alrededor de 40% de su superficie, pasando de 48.260 km 2 a 28.858 km 2. Cerca de 96% de su área actual tiene algún nivel de intervención y de ésta, 43% una modificación de alta a muy alta. El porcentaje de pérdida neta para esta formación vegetal equivale a 65% de su cobertura en 1988, y de continuar esta tendencia, en el año 2040 los bosques deciduos podrían desaparecer. Por lo tanto, de acuerdo al criterio A3, en el ámbito nacional los bosques deciduos clasifican En Peligro Crítico (CR). Se encuentran amenazados en todos los estados donde están presentes: en uno Vulnerable (VU), en 9 En Peligro (EN) y en otros 9 En Peligro Crítico (CR). Los bosques deciduos del estado
Barinas se clasifican en la categoría Eliminado (EL), ya que el área que ocupaban en 1988 fue completamente transformada por actividades agropecuarias. (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
Los bosques deciduos han sido uno de los ecosistemas más transformados por la agricultura, la ganadería y los urbanismos, además, son afectados por la explotación comercial y artesanal de la madera, incluyendo la producción de leña y carbón vegetal para uso doméstico. Algunas de las especies comerciales más preciadas en el mercado maderero nacional son predominantemente de bosques deciduos: caoba (Swietenia macrophylla), cedro (Cedrela odorata), pardillo negro (Cordia sp.), samán (Samanea saman) y saqui saqui (Bombax ceiba) (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
Se ubican principalmente en tierras bajas al norte de Venezuela, pero en algunas zonas colinosas pueden alcanzar de 500 m a 600 m de elevación. Su extensión total (28.858 km2 ) representa 3,2% del país. Los estados con mayor área de bosques deciduos son Lara, Anzoátegui, Bolívar y Falcón, aunque se reportan que están presentes en las cuatro regiones del país, en doce subregiones y diez sectores (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).