> Vegetación saxícola

Vista a: Vegetación saxícola

Clasificación

Tipo de Ecosistema:
*** Tepuyes ***
Fauna:
No se han realizado, hasta la fecha, estudios específicos sobre la fauna que habita en las lajas graníticas del Escudo Guayanés. Se supone que no poseen una fauna típica asociada, excepto por una especie de reptil del género Tropidurus, una lagartija negra muy común, que se mueve rápidamente sobre el substrato rocoso desnudo (Huber & Riina, 2003). En las lajas en los alrededores de Puerto Ayacucho se han observado manadas del conejo silvestre Sylvilagus floridanus, el cual, aparentemente, usa las lajas como sitio de encuentro o para alimentarse (Huber & Riina, 2003). Los afloramientos rocosos altotepuyanos son naturalmente ecosistemas muy pobres en fauna, sin embargo, se destacan varias ranas características del género endémico Oreophrynella, en los tepuyes orientales (Roraima-Ilú) y en el Auyantepui (Huber & Riina, 2003).
Flora:
La vegetación saxícola de las zonas bajas presenta una notable diferenciación florística. Varias familias, como Bromeliaceae, Melastomataceae, Apocynaceae y Bombacaceae tienen especies endémicas a este hábitat (Huber 1995c). La vegetación arraigada en estas lajas presenta una secuencia sucesional característica determinada por los microhábitats: pionera sobre la roca abierta con cianobacterias, líquenes y musgos ; colonias efímeras de Utricularia, Genlisea y Mayaca en las depresiones someras; pionera casmófita en grietas y canales de drenaje sobre la roca con colonias más o menos extensas de bromelias; pionera fruticosa en depresiones con hierbas poiquilohidras y pequeños arbustos; y bosquecillos más o menos desarrollados en depresiones más grandes, dominados por bombacáceas, bignoniáceas, rubiáceas y la palma Syagrus orinocensis (Gröger 1994) citado por Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010. También se encuentran líquenes fruticosos, y crustáceos de los géneros Siphula, Caloplaca, Xanthoparmelia y Usnea, en la familia de las Bromeliaceae varias plantas endémicas de los géneros Lindmania, Navia y Brocchinia (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010). En la vegetación saxícola de las zonas tepuyanas los primeros colonizadores de los afloramientos rocosos de tierras altas, después de las cianobacterias, son algunos líquenes fruticosos y crustáceos de los géneros Siphula, Caloplaca, Xanthoparmelia y Usnea, los cuales son particularmente abundantes sobre los suelos delgados, sobre rocas y sobre la arenisca desnuda (Ahti 1992, citado por Huber & Riina, 2003). Entre las plantas vasculares, las especies de Bromeliaceæ son las más importantes como colonizadoras de rocas, con muchas especies endémicas de los géneros Lindmania, Navia y Brocchinia. Sobre el Macizo del Chimantá algunas especies de Lindmania, como L.Subsimplex, forman extensas alfombras densas casi monoespecíficas sobre las superficies rocosas planas (Huber 1992). Sobre las lomas rocosas abiertas de las cumbres de la Sierra de Maigualida (rocas graníticas), en contraste se encuentran como colonizadores sólo grupos dispersos de la ampliamente distribuida Racinæa spiculosa var.stenoglossa, junto con cianobacterias, líquenes y pequeños cojines de musgos. Hasta cierto punto, muy poco es conocido acerca de las comunidades vegetales de las paredes verticales superiores de los tepuyes, pero las monocotiledóneas arrosetadas, tales como Bromeliaceæ, Liliaceæ, Eriocaulaceæ, Xyridaceæ y Rapateaceæ parecen dominar entre las plantas superiores (Huber & Riina, 2003). En la siguiente etapa de colonización intervienen, mayormente, plantas fanerógamas que ocupan los espacios abiertos entre las fisuras, así como las pequeñas depresiones en las cuales se han ido acumulando detritos producidos por las algas y los líquenes, formando un delgado substrato compuesto esencialmente por arena cuarzosa y materia orgánica disuelta. En el caso del Macizo del Chimantá, las plantas colonizadoras más importantes son Brocchinia reducta y varias especies de Lindmania (Bromeliaceæ), junto con Stegolepis ligulata (Rapateaceæ), así como las pequeñas Asteraceæ arrosetadas Stomatochæta cymbifolia, Chimantæa huberi y Achnopogon virgatus (Huber & Riina, 2003).
Clíma:
*** tropical, seco ***
Las comunidades vegetales que crecen sobre los afloramientos rocosos graníticos en las tierras bajas macrotérmicas (>24°C), y las comunidades vegetales adheridas a las paredes y superficies rocosas de las cimas de los tepuyes en regímenes desde mesotérmico (12-24°C) hasta submicrotérmico (9-12°C) [Riina & Huber 2003]. En los afloramientos graniticos o lajas de tierras bajas la temperatura de la superficie rocosa sube considerablemente por encima de la temperatura del aire circundante (hasta casi 60ºC), dando lugar a condiciones de sequedad y calor extremos (Büdel et al. 1994). Por otro lado, la disponibilidad de agua se limita a las lluvias y/o al rocío (Huber & Riina, 2003).
Geología:
*** Sedimentarias, Metamórficas ***
Los ambientes rocosos altotepuyanos son mayormente de cuarcitas y/o areniscas precámbricas del grupo Roraima. Estas rocas, al disgregarse en el proceso de meteorización, virtualmente no liberan minerales nutrientes y apenas producen granos de sílice pura una vez disuelto el cemento que las unía en las finas capas de sedimentación (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010). Los afloramientos graniticos o lajas son rocas metamórficas antiquísimas (arqueanas) del basamento guayanés pertenecen mayormente al grupo Cuchivero y al batolito de Parguaza. Son rocas ácidas con discretos tenores de feldespato que liberan minerales nutrientes durante el proceso de meteorización. Usualmente se presentan en forma de domos semiesféricos de hasta 200 y 300 m de elevación, con superficies irregulares a veces fuertemente inclinadas, otras veces más bien aplanadas y con un microrelieve ondulado (Zinck, com. pers.) citado por (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
Hidrografía:
Estado de conservación:
Nombres comunes:
*** Vegetación saxícola, vegetación sobre rocas ***

Información

Descripción:
Esta formación se encuentra constituida por comunidades vegetales altamente especializadas que crecen sobre substratos rocosos en el sur de Venezuela. Comprende dos ambientes rocosos muy diferentes: 1) las comunidades vegetales que crecen sobre los afloramientos rocosos graníticos en las tierras bajas y 2) las comunidades vegetales adheridas a las paredes y superficies rocosas de las cimas de los tepuyes (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
Distribución:
Los afloramientos rocosos graníticos o lajas son muy comunes en todo el borde noroccidental del Escudo Guayanés. Se ubican mayormente en el norte y centro de Amazonas y en zonas aledañas a Bolívar y Apure (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010). La vegetación saxícola de las cumbres tepuyanas se encuentra sobre cuarcitas y areniscas desnudas y predomina, especialmente, en las altas planicies de los tepuyes orientales (Roraima, Kukenán, Ilú y Tramen), la serranía de Los Testigos, Ptari-tepui, el extremo oriental del Auyán-tepui, Aprada-tepui y algunas de las cumbres altas del macizo del Chimantá (Figura 1). Superficies rocosas abiertas también se encuentran, frecuentemente, sobre las numerosas cumbres de la serranía granítica de Maigualida, pero son menos abundantes sobre las cumbres de los tepuyes, tanto en el caso de los amazónicos como en los del sur y suroeste del estado Bolívar (Riina & Huber 2003) citado por (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010)..
Situación:
Con base en la extensión estimada, esta formación vegetal ocupa una superficie menor a 2.000 km2, por lo que califica Vulnerable (VU) de acuerdo al criterio C2. Si bien es cierto que muchos de los parches son inaccesibles y permanecen casi íntegros, algunas áreas como las cimas de los tepuyes Roraima y Kukenán presentan una situación de riesgo mayor con amenazas específicas (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010). La vegetación saxícola de zonas bajas está distribuida sobre un gran número de puntos (lajas) bastante aislados entre sí. Por lo tanto, la gran mayoría de estos ecosistemas no presenta riesgo evidente. Por el contrario, las lajas cercanas a centros poblados están comenzando a sufrir impactos de intensidad variable, como la alteración del sustrato para la instalación de rancherías (especialmente en Puerto Ayacucho), la explotación masiva de roca en canteras (río Parguaza), la tala y eliminación de la vegetación leñosa, la cosecha de orquídeas con fines comerciales y las actividades recreacionales vinculadas al automovilismo, como los rallys y los recorridos en grupos de motociclismo (Piedra Elefante, estado Bolívar). Igualmente perjudicial resulta la extracción de lombrices en los suelos orgánicos acumulados en depresiones de las lajas y la consecuente destrucción de la vegetación original (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010). Con base en la extensión estimada, esta formación vegetal ocupa una superficie menor a 2.000 km2, por lo que califica Vulnerable (VU) de acuerdo al criterio C2. Si bien es cierto que muchos de los parches son inaccesibles y permanecen casi íntegros, algunas áreas como las cimas de los tepuyes Roraima y Kukenán presentan una situación de riesgo mayor con amenazas específicas (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
Amenazas:
La vegetación saxícola de las cumbres tepuyanas está poco amenazada, sin embargo el turismo representa una amenaza cierta y verificable. En tepuyes como Roraima, Auyantepui, Autana y Kukenán, se aprecia el deterioro de la vegetación saxícola, en especial en la zona de acampado, producto del pisoteo de los turistas. Los desechos orgánicos allí depositados por los ocasionales visitantes (heces, orina, basura) cambian radicalmente el equilibrio químico que sustenta a las comunidades saxícolas. Se estima que el daño generado es casi irreversible, debido a la fragilidad intrínseca de este tipo de vegetación y a la extrema pobreza de los suelos donde se arraiga. Adicionalmente se ha reportado la extracción ilegal de plantas carnívoras (Riina & Huber 2003) citado por (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010). La vegetación saxícola de las zonas bajas está sujeta a otro tipo de perturbaciones, que se traducen en serias amenazas para los ecosistemas cercanos a centros poblados. Se estima que la gran mayoría de las lajas de los alrededores de Puerto Ayacucho llegarán a estar cubiertas por rancherías, y quedarán reducidas a unas pocas placas rocosas desnudas, sin cobertura vegetal o desmanteladas luego de su explotación minera (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
Conservación:
Todas las zonas cubiertas por vegetación saxícola de las cumbres tepuyanas se encuentran protegidas en parques nacionales, monumentos naturales y reservas de biosfera, lo cual debería asegurar la protección de este bioma (Riina & Huber 2003). Sin embargo, las lajas más biodiversas y altamente especializadas se encuentran en el triángulo formado por San Fernando de Atabapo, la boca del río Sinaruco en el río Orinoco, y Urbana y San Fernando de Atabapo, donde no existen áreas protegidas (Steyermark 1979) citado por (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010). La vegetación saxícola de zonas bajas está sub-representada en el sistema nacional de áreas protegidas de conservación (Figura 1), a excepción de los monumentos naturales Piedra de la Tortuga y Piedra del Cocuy, y el RFS de la Tortuga Arrau, de una superficie total menor a 100 km2 (Gröger 1994) citado por (Rodríguez, Rojas & Giraldo, 2010).
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