> Ballena de esperma o Cachalote

Physeter machrocephalus

Taxonomía

Nombre científico:
Physeter machrocephalus
Dominio:
Eukarya
Reino:
Animalia
Filo:
Chordata
Clase:
Mamíferos
Orden:
Artiodactyla
Familia:
Physeteridae
Género:
Physeter
Estado de conservación:
vulnerable
Nombres comunes:

Información

Descripción:
Es el cetáceo odontoceto de mayor tamaño y el que muestra el más alto grado de dimorfismo sexual en cuanto a tamaño y peso. El macho adulto puede llegar a medir 16 m de longitud total y pesar hasta 45 toneladas, mientras que la hembra solo alcanza 11 m y 15 toneladas. Aproximadamente, de un cuarto a un tercio de la longitud total lo representa la región cefálica, en la cual se incluye el órgano de esperma o espermaceti; el cuerpo es comprimido por los lados, posee un solo orificio nasal, ubicado en la parte frontal izquierda de la cabeza, a consecuencia del cual su soplido se inclina hacia el lado izquierdo y permite diferenciarlo del soplido de las ballenas, que es vertical. La aleta dorsal, situada en el tercio posterior del cuerpo, es amplia y baja, parecida a una joroba. La piel tiene crestas irregulares que le dan un aspecto arrugado; la coloración del cuerpo tiende a ser gris claro, gris oscuro o negra; los labios suelen ser blancos y porta algunas manchas también blancas sobre el vientre. A diferencia de las ballenas, tiene dientes grandes y cónicos, situados nada más en la mandíbula, que es muy estrecha y más corta que la cabeza. Se alimenta sobre todo de calamares y grandes cefalopodos Architheutis o Mesonychoteuthis. Aunque originalmente, en 1758, Linneo adscribió cuatro especies al género Physeter, en la actualidad se acepta que el mismo es monotípico, es decir solo incluye una especie. Existe controversia acerca del uso de P. macrocephalus o P. catodon como nombre científico.
Distribución:
Physeter macrocephalus es de amplia distribución en ambos hemisferios, desde el trópico hasta las latitudes polares; habita de manera usual en aguas profundas, tanto oceánicas como costeras. Los machos adultos, de hábitos solitarios, pasan la mayor parte del tiempo en latitudes polares y migran hacia regiones tropicales para reproducirse; las hembras y sus crías forman complejas sociedades matriarcales, que pasan buena parte del tiempo en los trópicos (Whitehead 2009). En Venezuela se han registrado varamientos de esta especie en las costas de los estados Anzoátegui, Aragua, Falcón y Sucre . Son relativamente frecuentes los avistamientos de la especie en todo el Caribe venezolano
Situación:
Los avances tecnológicos posteriores a la Segunda Guerra Mundial permitieron a las flotas balleneras capturar 30.000 ejemplares anuales en promedio, principalmente machos; los efectos de esta cacería comercial no están muy claros, pero es bastante probable que muchas poblaciones hayan sido reducidas de modo sustancial. A escala global Physeter macrocephalus clasifica en la categoría Vulnerable. La población mundial existente antes del advenimiento de la industria ballenera se estimó en más de un millón de individuos mientras que en la actualidad serían unos 360000. En Venezuela no se dispone de estimados poblacionales de la especie.
Amenazas:
La principal amenaza que enfrenta P. macrocephalus está relacionada con la industria ballenera, aunque también un número limitado de ejemplares mueren atrapados en redes pesqueras por colisión con embarcaciones o por estrangulamiento con material plástico. En el siglo XVIII era capturada para conseguir el aceite de espermaceti de la cabeza, y en el siglo XX para aprovechar también su carne. El aceite de esperma se utilizaba en la fabricación de velas, jabones, cosméticos y en la industria farmacéutica. El ámbar gris, una secreción biliar presente en el intestino de estos animales, se usaba en perfumería y cosmética; hoy día, algunos ejemplares son capturados con fines de subsistencia en Indonesia y con objetivos que se presumen científicos en Japón.
Conservación:
La especie está incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES) y en el Anexo II del Protocolo relativo a las áreas y flora y fauna silvestres especialmente protegidas en la Región del Gran Caribe del Convenio de Cartagena. En nuestro país, en 1996 se establece su veda indefinida y es declarada oficialmente Especie en Peligro de Extinción. La cacería comercial de Physeter macrocephalus empezó a disminuir a comienzos de los años setenta y prácticamente cesó a partir de 1985, después de la moratoria establecida por la Comisión Ballenera Internacional. Es objeto de uso no letal por medio del turismo de observación en lugares como Nueva Zelanda, Japón, Noruega, islas Azores, Ecuador, Dominica, Santa Lucía y otras islas del Caribe. La relativa frecuencia de avistamientos en la región nororiental pudiera representar un potencial para el ecoturismo, sin embargo, se requiere de mayores esfuerzos de investigación y del debido ordenamiento legal y reglamentario por parte de la autoridad nacional ambiental.
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