Hydrochoerus hydrochaeris
Capibara, chigüire, carpincho
El capibara es el roedor más grande del mundo, con un peso promedio de 50 kg y una longitud de 1,2 m. Tiene un cuerpo robusto, con patas cortas y pezuñas parciales en los dedos. Su pelaje es áspero y de color marrón oscuro o rojizo, con algunas manchas blancas en la cabeza y el cuello. Su cabeza es grande y redonda, con orejas pequeñas y ojos saltones. Su hocico tiene una protuberancia ovalada llamada morrillo, que es más desarrollada en los machos y contiene una glándula que usan para marcar su territorio y su jerarquía social. Su dentadura está adaptada para cortar y triturar plantas, con incisivos grandes y curvos que crecen continuamente.
Es una especie de distribución restringida a la región oriental de la cordillera de la Costa. Ocupa un área limitada, que se estima en 14.668,03 km2, por lo que es susceptible a la pérdida de hábitat (Phelps y Phelps Jr. 1963). Se localiza en varios hábitats premontanos, incluyendo bosques húmedos y muy húmedos en las cordilleras, selvas pluviales y nubladas, y rastrojos entre 900 y 1.800 m. Aunque se puede observar en orillas de selva e incluso matorrales, parece preferir el El capibara se distribuye por casi toda Sudamérica, desde Panamá hasta el norte de Argentina, habitando zonas húmedas como ríos, lagos, pantanos y sabanas inundables. En Venezuela se encuentra en los llanos, el Orinoco, el Delta, Guayana, Barlovento, el estado Miranda, el Lago de Valencia y la cuenca del Lago de Maracaibo.
El capibara es una especie que tiene una población abundante y estable en gran parte de su rango de distribución, aunque en algunas zonas ha sufrido una disminución debido a la caza, la pérdida de hábitat y la competencia con el ganado. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el capibara está clasificado como una especie de preocupación menor, lo que significa que no está en peligro de extinción.
Las principales amenazas para el capibara son la caza ilegal para aprovechar su carne, su piel y sus órganos; la pérdida y fragmentación de su hábitat por la deforestación, la agricultura y la urbanización; la competencia con el ganado por el alimento y el espacio; y las enfermedades transmitidas por parásitos y otros animales.
El capibara está protegido por leyes nacionales e internacionales que regulan su caza y comercio. En Venezuela, el capibara es uno de los tres animales protegidos mediante el Plan de aprovechamiento comercial de poblaciones naturales implementado por el Ministerio del Ambiente a través de la Dirección de Fauna Silvestre, que permite su caza controlada en ciertas épocas del año y con permisos especiales. Además, existen áreas protegidas donde el capibara puede vivir sin amenazas humanas, como parques nacionales y reservas naturales.