uerpo alargado y delgado; ojos grandes, membrana nictitante presente; hocico largo, deprimido; pliegues labiales bien desarrollados, los superiores, aproximadamente iguales al diámetro del ojo, terminando muy por detrás del ojo; dientes de ambas mandíbulas triangulares estrechos, muy oblicuos con puntas lisas a finamente aserradas; sin espiráculos; cinco aberturas branquiales, las dos últimas sobre la pectoral; primera aleta dorsal moderadamente alta, su origen justo frente al borde posterior de la pectoral, el centro de la base un poco más cerca a la axila de la pectoral que el origen de la aleta pélvica; segunda dorsal baja; origen sobre o poco detrás del punto medio de la aleta anal; cresta rudimentaria entre las dorsales; margen posterior de la aleta anal algo cóncavo; la aleta pectoral llega hasta la mitad de la base de la dorsal cuando se deprime, su punta aguda, margen posterior ligeramente cóncavo; una cresta baja entre las aletas dorsales presente o ausente; una cresta larga a cada lado antes de la aleta anal; sin quilla en la base de la cola, pero con muescas debajo y arriba.
Pardo o pardo grisáceo en el dorso, blancuzco debajo, usualmente sin manchas blancas en los flancos; margen posterior de las aletas pectorales, blanco; margen posterior de las aletas dorsal y caudal, oscuro.
El tiburón pico afilado del Caribe se encuentra en el Atlántico centro-occidental y suroeste desde las Bahamas, las islas del Caribe y Quintana Roo, México hasta Uruguay (Ebert et al. 2013).
El análisis de la región de control del ADN mitocondrial ha revelado una fuerte estructura genética que distingue entre individuos de la Corriente Ecuatorial del Sur e individuos de la Corriente de Brasil (es decir, un límite en el extremo noreste de Brasil), y que estas porciones de la población deben ser tratadas como unidades de manejo separadas (Mendonça et al. 2011). Hay pocos datos poblacionales para el tiburón pico afilado del Caribe y los desafíos de la identificación de especies en áreas donde se superpone con el tiburón pico afilado del Atlántico pueden confundir las estimaciones de abundancia. Todas las estimaciones del estado de la población se infieren en función de las capturas y el nivel de esfuerzo. Por ejemplo, desde 2005, el esfuerzo pesquero en México parece estar disminuyendo y las capturas de tiburón pico afilado del Caribe son estables en las aguas del Caribe mexicano (J.C. Pérez Jiménez datos no publicados 2019). En Guatemala, el monitoreo de las capturas durante los últimos 5 años ha reportado muy pocas capturas excepto durante las festividades religiosas (C. Avalos datos no publicados 2019). En Belice y Honduras, también es una de las especies más abundantes capturadas como pesca incidental y en pesquerías artesanales dirigidas. Sin embargo, el tamaño promedio de las capturas se acerca a la edad de madurez, lo que sugiere que no se está produciendo una sobrepesca de crecimiento.
El tiburón pico afilado del Caribe es objeto de captura incidental en las pesquerías con redes de enmalle, de arrastre y de palangre. También se captura incidentalmente en las redes de arrastre de camarón y otras pesquerías artesanales en Nicaragua, Belice, Honduras y Cuba. En Trinidad, este tiburón se encuentra entre las tres especies más capturadas y también se ha informado de su presencia en las pesquerías de Jamaica. La pesca artesanal es intensa en gran parte de la costa atlántica de América del Sur y en muchas zonas hay pesquerías comerciales de arrastre y de palangre que no están gestionadas.
No existen medidas de conservación ni protecciones específicas para la especie del tiburón pico afilado del Caribe. Sin embargo, existen áreas marinas protegidas en las Bahamas y el Caribe mexicano. Es probable que el esfuerzo pesquero sea bajo en Costa Rica, ya que el turismo es una fuente importante de empleo (B. Naranjo, datos no publicados, 2019).