Cuerpo alargado, delgado; ojos grandes; membrana nictitante presente; hocico largo y deprimido, punta ligeramente redondeada; nostrilos pequeños, ampliamente separados; ojos grandes; pliegues labiales largos, cercanos en longitud a el diámetro del ojo, pliegue superior termina bastante más atrás del ojo; sin espiráculos; dientes fuertamente oblicuos, con muesca posterior, lisos; 5 hendiduras branquiales, las últimas dos sobre la aleta pectoral; primera dorsal moderada en altura y más grande que la segunda, se origina sobre o un poco detrás de las puntas libres posteriores de las pectorales, el centro de la base centrado entre la axila de la pectoral y el origen de la aleta pélvica; segunda dorsal muy baja, borde posterior casi recto, se origina ligeramente antes de la inserción posterior de la base de la aleta anal; una cresta rudimentaria entre las aletas dorsales; aletas pectorales cortas y anchas, no alcanzan el centro de la base de la primera dorsal cuando son presionadas contra el cuerpo; aleta anal con un borde posterior ligeramente cóncavo, con una larga cresta en cada lado antes de esta, una cresta baja entre las aletas dorsales; sin quilla en la base de la cola, pero con muescas por arriba y por debajo.
Marrón grisáceo por encima, blanco por debajo, aletas pectorales oscuras con bordes blancos, aleta caudal oscura con margen negro.
El tiburón pico afilado brasileño se encuentra en el Atlántico centro-occidental y suroeste desde Panamá hasta el estado de Santa Catarina, Brasil (Ebert et al. 2013).
Esta especie está sujeta a una intensa explotación en Colombia; no hay datos pero se sospecha que, en ausencia de medidas de manejo, ha habido una reducción en el tamaño de la población allí, como se ha visto para otras especies similares en el Caribe (García et al. 2007). En Venezuela, este tiburón sigue siendo uno de los más capturados en pesquerías artesanales (Tagliafico et al. 2015), pero es probable que haya disminuido debido a la ausencia de manejo y la creciente demanda. La intensa pesca artesanal en las Guayanas probablemente ha llevado a al menos una reducción moderada en el tamaño de la población allí. El noroeste de Brasil tiene una de las pesquerías más intensas de la región y, aunque esta especie es más pequeña y más productiva que otras especies que se han agotado allí, todavía se sospecha que este nivel de mortalidad ha llevado a una reducción frente a esa costa. Por ejemplo, en Maranhão, ha habido una disminución de esta especie en los desembarques artesanales de >90% desde la década de 1980 (R. Lessa comunicación personal, 2018), lo que equivale a una reducción poblacional de >56% a lo largo de tres generaciones (12 años).
Este tiburón es capturado en redes de enmalle artesanales, que son intensas en la mayor parte de su área de distribución. En el Caribe colombiano, la pesca artesanal está muy extendida y carece de gestión, y se estima que había 14.000 pescadores artesanales allí en 2006 (Wielgus et al. 2010). Desde 1995, los pescadores han reportado una disminución en los tamaños de malla, la adición de anzuelos a las redes de enmalle y la expansión espacial de las pesquerías y el consiguiente aumento de la presión pesquera sobre los condrictios (Marrugo et al. 2015). En Venezuela, la pesca comercial y artesanal es intensa, carece de gestión y ha exhibido picos en las capturas seguidos de disminuciones, lo que indica una sobrepesca secuencial (Mendoza 2015). Esta especie se desembarca regularmente en grandes cantidades en muchas áreas del país, particularmente en la pesquería frente a la Isla Margarita, y el nivel de mortalidad ha causado preocupación allí; no se han implementado medidas de gestión a pesar de los llamados para hacerlo (Tagliafico et al. 2015).
No existen medidas de conservación ni protección específicas para esta especie. En Colombia, la pesca industrial dirigida a tiburones y rayas está prohibida y se han establecido límites de captura incidental (hasta el 35 % de la captura incidental en el territorio nacional y hasta el 5 % en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; Resolución 1743 de 2017); sin embargo, es necesario fortalecer la vigilancia y el cumplimiento. Es necesario implementar medidas de gestión, incluidas normas de control de captura específicas para cada especie, a fin de garantizar que esta especie no se vea más amenazada en el futuro cercano. Se necesita más investigación sobre el tamaño y la tendencia de la población, y se debe monitorear la captura de la pesca artesanal a nivel de especie.