Chucho amarillo, pejechucho
Disco romboidal, más ancho que largo, con puntas externas generalmente redondeadas; morro corto y romo; pectorales muy puntiagudas, cóncavas en su parte posterior y continua sobre el rostrum; cabeza ancha, corta, proyectada por delante del disco; ojos y espiráculos en cada lado de la cabeza; boca con papilas carnosas en el piso; dientes en placas planas similares a pavimento, con 7 series de placas, la fila central es más grande; la distancia entre las 5tas hendiduras branquiales > la distancia entre los bordes internos de los nostrilos; cola alargada, casi tan larga como el disco, sin aleta caudal; 1-2 espinas grandes en la base, después de una pequeña aleta dorsal; longitud de la base de la dorsal 62-77% a aquella entre los nostrilos expuestos; el origen de la aleta dorsal bien detrás de la punta posterior de la aleta pélvica.
Superficie dorsal de color gris pardo a marrón chocolate; superficie ventral blanco pardo, con bordes más oscuros.
La raya águila del sur se encuentra en el centro-oeste y suroeste del océano Atlántico en Carolina del Sur y Florida, EE. UU. y desde Quintana Roo, México hasta el golfo de San Jorge, Santa Cruz, Argentina (Last et al. 2016). Su presencia en el golfo de México, Costa Rica y el Caribe insular requiere más investigación (B. Naranjo Elizondo, datos no publicados, 2020).
Se infiere que esta especie es estable o está aumentando en el Atlántico centro-occidental, basándose en su similitud con la raya águila de nariz de toro (Myliobatis freminvilli). En la Sudamérica atlántica, hay muy pocas series temporales de abundancia. En Venezuela no hay datos, pero esta especie se captura en grandes cantidades en pesquerías artesanales allí, que carecen de gestión. Se sospecha que la situación es similar en las Guayanas, pero no hay datos. En el noroeste de Brasil, la presión pesquera es intensa y otros elasmobranquios se han agotado allí, y se sospecha que estas pesquerías están provocando una reducción del tamaño de la población en esa zona. Esta especie también se captura en grandes cantidades en las intensas pesquerías artesanales con redes de enmalle, redes de cerco de playa y redes de arrastre más al sur de Brasil, y se han informado disminuciones en los estados de Paraná y Rio Grande do Sul (Araújo et al. 2018). Los desembarques de rayas águila, en general, disminuyeron en el estado de Santa Catarina en un 60% desde la década de 1980 (R. Baretto, datos no publicados, 2018) y disminuyeron en un 91% en las redes de investigación entre 1974 y 2005 (Ferreira et al., 2010), lo que equivale a una reducción de >85% para esta especie si se escala a lo largo de tres generaciones (44 años).
La raya águila del sur se captura mediante palangres artesanales, redes de enmalle, redes de cerco de playa y redes de arrastre industriales para camarones (Velasco et al. 2011, Tagliafico et al. 2016). No se conocen amenazas en el Atlántico Noroeste y Centro-Oeste, pero en el Atlántico Suroeste la pesca artesanal es intensa. Además, en muchas áreas hay pesquerías comerciales de arrastre y palangre que no están gestionadas. En Venezuela, la pesca comercial y artesanal es intensa, carece de gestión y ha presentado picos en las capturas seguidos de disminuciones, lo que indica una sobrepesca secuencial (Mendoza 2015). Las pesquerías de peces de fondo en la plataforma Brasil-Guyanas ya estaban completamente sobreexplotadas en 2000; estas pesquerías son de múltiples artes de pesca, múltiples especies y multinacionales, con embarcaciones que cruzan fronteras marítimas nacionales (Booth et al. 2001). A pesar de algunos cierres de áreas y la implementación de un límite máximo de captura de especies objetivo, actualmente se ha reducido el esfuerzo y el número de embarcaciones en operación (Diop et al. 2015). En el norte de Brasil, la presión de la pesca artesanal es alta y era probable que el 44% de las poblaciones objetivo estuvieran sobreexplotadas para fines de la década de 2000 (Vasconcellos et al. 2011).
No existen medidas de conservación ni protecciones específicas para esta especie. Para conservar la población y permitir su recuperación, será necesario adoptar un conjunto de medidas que incluyan la protección de la especie, la gestión espacial, la mitigación de la captura incidental y la gestión de la cosecha, todo lo cual dependerá de una aplicación eficaz de las normas. Es necesario realizar más investigaciones sobre la distribución, el tamaño y las tendencias de la población, y las amenazas. Se debe realizar un seguimiento de la pesca comercial y artesanal para detectar la captura incidental a nivel de especie.