Tiene un manto verde oliva. La corona es gris. Tiene un anillo ocular pálido y un gran parche negro en la oreja. El pico es bicolor con culmen negro y mandíbula anaranjada. Las coberteras de las alas son negras con dos anchas barras alares rojizas. El pecho es de color oliva y se vuelve amarillo hacia el resto de las partes inferiores. Se alimenta en el sotobosque superior de los bosques montanos húmedos.
Se distribuye por el noroeste de Venezuela (Serranía del Perijá, Mérida) y Andes de Colombia, este de Ecuador y Perú (Cajamarca y San Martín hacia el sur, localmente, hasta Puno)
El tirano de cerdas abigarrado Pogonotriccus poecilotis ha sido evaluado más recientemente para la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN en 2016. Pogonotriccus poecilotis figura como Preocupación menor.
Las principales amenazas para el Phylloscartes poecilotis , también conocido como tiranuelo moteado , son la pérdida, fragmentación y degradación del hábitat.
Pérdida de hábitat se produce por la deforestación para la agricultura, la tala y la minería. Esto puede provocar la pérdida de sitios de anidación y alimentación, y puede obligar a las aves a desplazarse a zonas más pequeñas e aisladas.
La fragmentación del hábitat ocurre cuando las zonas más grandes de hábitat se dividen en zonas más pequeñas e aisladas. Esto puede dificultar el desplazamiento de las aves entre diferentes zonas de hábitat y también puede hacerlas más vulnerables a los depredadores.
La degradación del hábitat se produce por actividades como la contaminación, el sobrepastoreo y la introducción de especies invasoras. Esto puede hacer que el hábitat sea menos adecuado para que las aves vivan y también puede hacerlas más susceptibles a las enfermedades.
Otras amenazas para el Phylloscartes poecilotis incluyen el cambio climático y la caza furtiva. El cambio climático está provocando que las temperaturas aumenten en la región, lo que puede hacer que el hábitat del Phylloscartes poecilotis sea menos adecuado para la especie. La caza furtiva es una amenaza constante para las aves de todo el mundo, y el Phylloscartes poecilotis no es una excepción.