En general es pardusco; con tonos oliva más oscuros arriba y tonos rojizos abajo, con un anillo ocular blanco. Poco común en estribaciones y subtrópicos inferiores de Venezuela a Perú. Ocurre en el suelo en bosques montanos húmedos desde alrededor de 700–1,800 m. Excepcionalmente difícil de ver. Escucha por su canto: una serie bastante lenta de silbatos huecos que se vuelve más fuerte en el medio y luego desciende en tono.
La subespecie nominal se distribuye en Venezuela, en las montañas costeras y cadena interior de Lara; la subespecie pariae en la península de Paria; la subespecie parambae en la pendiente del Pacífico del oeste de Colombia (Risaralda) hasta el sur de Ecuador (El Oro); y la subespecie chaplinae por la pendiente amazónica de los Andes orientales en Colombia, y este de Ecuador y norte de Perú (cordillera del Cóndor en el extremo norte, también en San Martín).
Ha sido evaluada por última vez para la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN en 2016. Grallaria haplonota figura como Preocupación menor.
Pérdida y fragmentación de hábitat: Los bosques húmedos de montaña de América del Sur están siendo talados para la agricultura, la ganadería y la minería. Esto está reduciendo el tamaño y la calidad del hábitat de Grallaria haplonota, lo que dificulta su búsqueda de alimento y la reproducción.
Caza furtiva: Grallaria haplonota es cazada por su carne, que se considera un manjar en algunas regiones.
Introducción de especies invasoras: Las especies invasoras, como los gatos y las ratas, pueden depredar a los pichones y huevos de Grallaria haplonota.