Prostherapis dunni Rivero, 1961
Originalmente descrito dentro del Prostherapis, fue transferido por Edwards (1971) al género Colostethus. Varios autores consideraron que esta especie estaba relacionada con las del grupo de Colostethus collaris (Mannophryne). La Marca la calificó como parte del grupo de C. alboguttatus, pero no la asignó al Nephelobates (Aromobates). Debido a la falta de evidencia deciden reasignarla provisionalmente al Prostherapis en condición de incertae sedis (incapacidad de ubicar un taxón dentro de una clasificación). Este pequeño anuro es una especie terrestre de hábitos diurnos y de talla reducida (machos hasta de 20 mm y hembras que apenas consiguen los 25 mm de longitud hocico-cloaca). Hocico subacuminado en vista dorsal, de redondeado a truncado de perfil. Canthus rostralis muy poco definido y región loreal suavemente cóncava. Tímpano pequeño (un tercio del diámetro del ojo) y visible solo en su parte inferior. Dientes largos, en forma de colmillos. La textura de su piel dorsal y ventral es lisa. Primer dedo manual más corto que el segundo, y los otros con rebordes laterales; machos sin parches nupciales en los dedos mientras que los dígitos pediales son extensivamente palmeados. Dorso de color marrón oscuro con manchitas claras dispersas (blanquecinas o amarillentas), o con manchas claras mediodorsales grandes, ocasionalmente poco conspicuas; sin bandas dorsolaterales; banda clara lateral oblicua blanquecina corta; garganta amarillenta y superficie ventral de los miembros posteriores del mismo color; vientre blanco
Endémica de la vertiente sur del tramo central de la cordillera de la Costa en Venezuela. Conocida solo en la localidad típica (Los Venados, aproximadamente a 1.520m de altitud) en los alrededores de Caracas. Una segunda localidad, también junto a la ciudad de Caracas (quebrada Caurimare) ha sido referida pero no confirmada
La pérdida de su hábitat (en extensión y calidad) representa la principal amenaza para este anuro. La localidad tipo se ubica en el borde norte de la ciudad de Caracas, de manera que está expuesta a la degradación por turismo, incendios forestales, polución y urbanismo, entre otras. La quitridiomicosis y otras enfermedades emergentes también constituyen una amenaza, debido a la facilidad de acceso de turistas a su hábitat. Se presume que la quitridiomicosis podría haber sido la causante de su declinación poblacional
Su estatus de conservación según UICN, es en Peligro Crítico, sin embargo esta especie no ha sido reportada desde la década del 1960