> Tortuga Cardon

Dermochelys coriácea

Taxonomía

Nombre científico:
Dermochelys coriácea
Dominio:
Eukarya
Reino:
Animalia
Filo:
Chordata
Clase:
Reptiles
Orden:
TESTUDINES
Familia:
DERMOCHELYTOAE
Género:
Dermochelys
Estado de conservación:
En peligro
Nombres comunes:
Tortuga Cardón, laud

Información

Descripción:
Es muy fácil de reconocer por su enorme tamaño, ya que la longitud recta del caparazón puede alcanzar 180 cm. El largo curvo medio del caparazón de las hembras reproductoras en Venezuela oscila entre 152 y 156 cm. Pesa de 250 a 500 kg. Las escamas córneas en las crías son temporales y en adultos el cuerpo está recubierto por una piel suave y negra con manchas blancas y siete crestas longitudinales en la parte dorsal. Su cabeza se reconoce no solo por la ausencia de escamas, sino también por dos fuertes cúspides bordeadas con hendiduras, al frente de la mandíbula superior. Su dieta está constituida fundamentalmente por organismos gelatinosos relacionados con los Cnidaria (medusas o aguamalas), Ctenophora y Urochordata (tunicados).
Distribución:
Especie pelágica de amplia distribución en los océanos. Anida en los trópicos; sus más importantes áreas de reproducción en el hemisferio occidental están principalmente en Guyana Francesa, Surinam y Trinidad. Las mayores densidades de anidación en el país se reportan en la península de Paria y Nueva esparta (> 1.000 nidos/año). Hay anidación en la Guajira, la península de Paraguaná, el Parque Nacional Morrocoy, la franja costera de Morón, Aragua, Vargas, Miranda, Anzoátegui, Sucre y Delta Amacuro. En el sector insular hay desoves en La Blanquilla, La Tortuga, los archipiélagos Los Roques y Los Testigos. Los reportes de capturas incidentales y varamientos indican que se alimenta en aguas venezolanas. La especie es capaz de usar varias playas distantes durante una temporada (con individuos observados entre Paria, Trinidad e Isla de Margarita). Se han detectado desplazamientos postanidatorios entre Guyana Francesa y el golfo de Venezuela, entre Trinidad y Paraguaná, y entre Paria y Canadá.
Situación:
De ser considerada una tortuga escasa a mediados de los años ochenta, ahora es la segunda especie con más nidadas en el país. La estimación de hembras adultas en Paria supera las 270 por año, con tendencia al incremento, y es probable que en Venezuela nidifiquen más de 500 hembras por año. Se clasifica globalmente como Vulnerable, pero en la región del Atlántico noroccidental, donde se incluye a Venezuela, se considera en la categoría de Preocupación Menor, por la cantidad de ejemplares maduros (33.810 individuos) y las proyecciones de crecimiento poblacional, estimando su tiempo generacional en treinta años (equivalente a la edad de madurez, calculada en 20 años en promedio para la especie, más una proyección conservadora de la mitad de la edad reproductiva de 10 años). Analizando la información disponible de Venezuela a la luz de la reciente evaluación global de la especie y suponiendo una tendencia al aumento en la población reproductiva más importante del país (en la región nororiental), el intercambio vía migraciones postreproductivas y la interacción persistente en las pesquerías artesanales, debe estimarse que su categoría adecuada debe ser En Peligro (UICN 2012a, UICN 2012b), en lugar de la categoría En Peligro Crítico, a la cual se asignó en 2008.
Amenazas:
Las principales causas de la disminución de sus poblaciones son la pesca incidental, el consumo de su carne y el saqueo de sus nidadas. La tortuga cardón tiene el mayor registro de varamientos en Venezuela: entre 2009 y 2013 el porcentaje varió entre 27,7 y el 63,1% del total de registros. El impacto de la presencia de comunidades costeras, actividades turísticas y la presencia de desechos sólidos en las playas de anidación afecta a hembras y crías. El cambio climático y sus potenciales impactos, como el aumento del nivel del mar y el incremento en la intensidad y frecuencia de las tormentas en las localidades de desove, podrían afectar de manera importante a esta especie. En el golfo de Venezuela, el golfo de Paria y en la costa atlántica debe evaluarse el impacto de las operaciones de exploración y explotación de hidrocarburos costa afuera sobre sus rutas migratorias.
Conservación:
La especie está completamente protegida por la legislación venezolana y se beneficia de varios instrumentos legales nacionales e internacionales tales como la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES 2014), el Anexo II del Protocolo relativo a las áreas y flora y fauna silvestres especialmente protegidas en la Región del Gran Caribe y la Convención interamericana para la protección y conservación de las tortugas marinas; varios parques nacionales proporcionan protección para sus áreas de anidación. Diferentes organizaciones realizan actividades de investigación, divulgación, sensibilización y capacitación en su beneficio y no hay espacio disponible para incluir todas las contribuciones. Incluso una institución ha proporcionado aportes para mejorar la conservación de la tortuga cardón. Disminuir la mortalidad en las pesquerías artesanales (redes de ahorque y palangres, principalmente) es una medida a tomar de modo urgente y a este fin la coordinación entre el Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo (MINEC) y el Ministerio del Poder Popular para la Pesca y Acuicultura, es absolutamente prioritaria. Una investigación y mitigación efectiva de la captura incidental dependerá de la integración de la ecología de las tortugas marinas, de la información oceanográfica, del manejo de las pesquerías y de las ciencias sociales. El resguardo de sus hábitats de anidación y alimentación, reforzar el cumplimiento de la legislación y sensibilizar ampliamente a residentes y turistas sobre la situación de estas tortugas es indispensable para garantizar su sobrevivencia. La investigación y conservación deben fortalecerse en todo el país en una multiplicidad de aspectos, como el efecto de la temperatura de incubación, las tendencias poblacionales y la caracterización genética de las poblaciones, entre otros. Es preciso contemplar financiamiento para todas estas actividades en una perspectiva multianual.
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