Su presencia es una de las cosas más habituales en algunos hogares. Son inofensivos. Hacen un buen trabajo de control de plagas al comer mosquitos, crías de escorpiones, polillas, cucarachas, zancudos, etc. Si bien en ambientes urbanos su presencia puede ser inocua, su efecto sobre especies nativas, sobre todo en regiones donde es invasor, es potencialmente negativa.
Esta especie originalmente habitaba la mayor parte del África subsahariana. Mediante el traslado accidental de ejemplares que se ocultaban en navíos, al transportarlo e introducirlo en islas oceánicas por ejemplo en la isla de Madeira, en el sudeste de Estados Unidos, hasta el Uruguay y el este de la Argentina por el sur, Gran Caimán, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Venezuela, las Guayanas y Paraguay.
El estado de conservación del Tuteque es Least Concern (preocupación menor), de acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Esta clasificación indica que la población de la especie se considera relativamente estable y no existe amenaza inmediata de extinción.
Aunque el Tuteque no está en peligro de extinción, necesita cierto nivel de atención y protección para evitar un mayor deterioro de su población y hábitat.
Como la mayoría de las otras especies, está sujeta a algunos factores de amenaza, incluidos la destrucción de su hábitat.