Los cuerpos fructíferos en forma de copa o vaina de Caripia montagnei miden hasta 25 mm (1,0 in) de alto con un diámetro de sombrero de hasta 6 mm (0,24 in). El margen del sombrero de los cuerpos fructíferos jóvenes se curva ligeramente hacia adentro, pero los sombreros se agrandan por crecimiento intercalar entre la parte superior del estípite y el margen, por lo que los especímenes más viejos desarrollan una forma obcónica (cono invertido) o aproximadamente cilíndrica con una parte superior aplanada y luego cóncava. El color es blanquecino a crema, y la textura de la superficie es inicialmente lisa, aunque el cuerpo fructífero puede desarrollar arrugas con la edad. El estípite delgado y liso es de color marrón a marrón violáceo. El himenio (tejido portador de esporas) está en la superficie exterior del sombrero, en lugar de en el interior, como es habitual en los hongos en forma de copa.
Caripia montagnei se encuentra en los bosques de América Central y América del Sur, donde crece en grupos cerrados en ramas y palos de árboles de hoja caduca.
Se considera una especie rara o poco común de encontrar en algunas de sus localidades extremas, aunque su amplia distribución neotropical sugiere que globalmente no está amenazada.
Al ser un hongo saprófito con amplia distribución, no enfrenta amenazas directas a nivel de especie. Las principales amenazas son generales para los ecosistemas forestales: Deforestación y pérdida de hábitat (madera muerta) y cambios en la calidad del bosque que afecten la disponibilidad de sustrato.
Actualmente está clasificada como No Evaluada (NE) por la UICN o listados nacionales. La mejor estrategia es la conservación del hábitat natural, especialmente la protección de los bosques primarios y secundarios, que aseguran la presencia constante de madera en descomposición esencial para su ciclo de vida. También se ha reportado su uso potencial como medicinal (antiinflamatorio) en algunas comunidades, lo que requiere monitoreo para asegurar la sostenibilidad de su recolección.