Es un árbol de porte mediano que puede alcanzar entre 5 a 8 m de altura, llegando raramente hasta los 20 m. y con un diámetro de tronco de más de 50 cm. Su raíz es pivotante, con nudosidades producidas por bacterias nitrificantes que viven en simbiosis, facilitando a esta la absorción del nitrógeno que fijan y de la cual toman las sustancias orgánicas que elabora.
El tronco es tortuoso e irregular, con ramas espinosas que crecen de forma desordenada y mueren tras la floración. Las hojas son caducas, compuestas de tres láminas oblongo-lanceoladas con textura coriácea.
Las flores, de color rojo, surgen en inflorescencias arracimadas, tienen cinco pétalos con simetría bilateral.
El cáliz es gamosépalo, como un pequeño dedal de color rojo. Forma con la corola un perianto donde sépalos y pétalos son de color semejante, pero de forma distinta. Su borde se caracteriza por el color marrón que le da aspecto de marchito.
La corola, semejante a la de Phaseolus vulgaris, es amariposada, pero se diferencia de ésta en que el estandarte, que es el pétalo más grande, se sitúa en la parte inferior. Los dos pétalos llamados alas, son muy pequeños y se esconden dentro del cáliz. Los otros dos a veces se sueldan parcialmente y forman la quilla, sirviendo de protección a los órganos de reproducción.
El androceo consta de 10 estambres, uno libre y nueve unidos por sus filamentos (androceo gamostémono). El gineceo unicarpelar se sitúa entre los estambres soldados.
El fruto es una pequeña legumbre parda y seca, monocárpica, de pocos centímetros. Las semillas, de color marrón, son cilíndricas y se disponen espaciadamente en el interior de la vaina.
El embrión posee cotiledones hipogeos (al germinar quedan bajo tierra).