Cascabela thevetia (L.) Lippold
Retama, cascabel, narciso amarillo
Son arbustos cupuliforme o árboles pequeños que alcanzan los 2–6 m de alto. Hojas lineares de 4–16 cm de largo y 0.2–1 (–1.4) cm de ancho, lanceoladas y amontonadas brillantes de un verde vivo, duras y apenas pecioladas. el ápice agudo, base cuneado-atenuada. Inflorescencia con pocas flores amarillas, o naranja claro; o aún blancas, y que dan la impresión de que no llegan a abrirse por completas. Ligeramente perfumadas y de 5 cm de diámetro, brotan sobre pedúnculos largos. Florece a intervalos durante buena parte del año en su hábitat nativo. En climas más frescos, como en España, florece en verano. sépalos lanceolado acuminados de 4–6 (–10) mm de largo; corola tubular-infundibuliforme, tubo 4–5 cm de largo, los lobos 1–2 cm de largo. Frutos transversalmente oblongos, generalmente más o menos obtriangulares, 1.5–3.5 cm de largo y 2.5–4.5 cm de ancho, verdosos a amarillentos o purpúreos. Los frutos son drupas carnosas redondeadas y con costillas; al madurar cambian del verde al negro, pasando por el rojo.
Se distribuye por México, Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Cuba, República Dominicana, Haití , Guayana Francesa, Surinam, Venezuela, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Argentina, Paraguay y Nicaragua.
Se han observado pocos individuos por subpoblación (Alvarado-Cárdenas et al ., 2017). Se calcula un total de más de 10 000 individuos maduros, pero se considera que la tendencia poblacional actual está disminuyendo debido a las amenazas al hábitat. De hecho, en las últimas tres generaciones se ha producido una reducción del tamaño poblacional del 30 % (Alvarado-Cárdenas, comunicación personal, 2020).
Las principales amenazas son el cambio de uso del suelo y la fragmentación de los ecosistemas. Más específicamente, la expansión urbana y la creciente demanda de tierras agrícolas han promovido la conversión de tierras de bosque nativo a áreas agrícolas. La deforestación se debe principalmente al avance de la frontera agrícola y ganadera. Además, los incendios forestales han aumentado en los últimos años (Wilken et al., 2011; E. Martínez Salas, comunicación personal, 2019).
No existen acciones de conservación vigentes y no se conoce la especie en ninguna colección ex situ (BGCI, 2019). Sería beneficioso establecer actividades no agrícolas ni ganaderas para evitar el cambio de uso del suelo en la región. Se sugiere implementar alternativas sostenibles de producción y medios de vida. Además, se recomienda el monitoreo del hábitat y las tendencias poblacionales.