La Orca pigmea puede ser confundida con la Falsa orca y con el Delfín cabeza de melón, pero tiene una cabeza y aletas pectorales más redondeadas y un manto más oscuro. Si bien las tres especies pueden ser encontradas en pequeños grupos, el manto dorsal está ausente en la Falsa orca, y las cicatrices están generalmente ausentes en el Delfín cabeza de melón. La coloración varía entre gris obscura y negra con marcas pálidas en el vientre y frecuentemente presenta un mentón, hocico y labios blancos. Generalmente no se aproxima a las costas, excepto en algunas áreas con aguas profundas cercanas a la costa. La Orca pigmea puede ser encontrada en grupos de 12 a 50 individuos, a pesar que grupos con cientos de ejemplares han sido observados. Estos grupos nadan formando líneas coordinadas que se disuelven cuando se alarman. Generalmente evitan a las embarcaciones, pero ocasionalmente pueden nadar en la proa de las mismas. Estos delfines siempre se mueven en grupos, usualmente de 10 a 30 individuos. De mayor información no se dispone debido a la escasez de datos que se posee sobre esta especie. Debido a los varamientos (que parecen ser comunes a la especie), se sabe que su dieta se basa en cefalópodos y peces pequeños.
La especie habita en aguas tropicales y subtropicales de toda la circunferencia de la tierra entre los 40°N y 35°S. Generalmente no se aproxima a las costas, excepto en algunas áreas con aguas profundas cercanas a la costa como el archipiélago de Hawái. Se dispone de poca información con respecto a la población global, pero en general parece ser poco común. Se han estimado poblaciones de 38 900 en el océano Pacífico oriental, 817 en Hawái y 408 al norte del golfo de México. De esta especie hay pocos avistamientos registrados, solo uno en el Edo. Falcón en Tucacas.
. La sobrepesca está llevando a severas reducciones en las poblaciones de algunas presas de la Orca pigmea. Son atrapadas en capturas dirigidas en Japón, el Caribe, Indonesia y Sri Lanka, y cientos de ellas son muertas accidentalmente cada año, en redes agalleras. Son vulnerables a sonidos fuertes de origen antropogénico. Pueden ser afectadas por los efectos del cambio climático y se conoce que ingieren basura oceánica.
Esta especie está en riego debido a numerosas amenazas inducidas por el hombre, que se potencian por el hecho de tratarse de una especie poco común en la naturaleza. Aun así su estatus de coinservación en UICN es de Preocupación menor (LC)