Rostro achatado, cóncavo en vista dorsal, base larga, margen distal agudo, margen lateral armado con 3-4 dientes, caparazón densamente setoso, con surco cervical llano, 2 espinas postcervicales; 1 espina fuerte suborbital; 1 espina fuerte y 1 o
2 más pequeñas debajo de la antena. Ojos largos, globosos y parcialmente cubiertos por el rostro. Segundo y tercer
pereiópodo subqueliformes. Segundo pleópodo del macho con appendix interna. Abdomen liso; pleuras 2-5 terminan en una espina aguda. Telson subcuadrado, ligeramente más estrecho
distalmente; márgenes laterales con un par de pequeñas espinas móviles.
Esta especie se encuentra en el este, centro y oeste del océano Atlántico (Poupin 2003, Chan y Ng 2008). En el Atlántico occidental, se la conoce en: las islas Bermudas, Florida (EE. UU.), Bahamas, Antillas Holandesas, Antillas Francesas, costa caribeña de Panamá, Colombia y al sur de Cabo Frío en Brasil (Gordon 1968, Fausto-Filho 1970, Manning y Camp 1989, Poupin 2003, Ceballos et al. 2005, Gregati et al. 2006). También se la conoce en las islas Ascensión y Santa Elena en el océano Atlántico central. Además, en el océano Atlántico oriental se la conoce en: Madeira, las islas Canarias, el golfo de Guinea y Cabo Verde (Gordon 1968, Wirtz et al. 1988, Manning y Camp 1989, Poupin 2003).
Se cree que es común y se ha descubierto que es localmente abundante en el Océano Atlántico central (Poupin 2003). Hoplometopus antillensis no es una especie que se comercialice regularmente o tenga relevancia pesquera, pero si es cotizada
comúnmente en el comercio de acuarios debido a su tamaño, coloración brillante, aspecto rústico y por la relativa facilidad de mantenerla en cautiverio.
Esta especie no tiene pesca comercial (Poupin 2003, Gregati et al. 2006). Es una especie muy apreciada en el comercio de acuarios (Calado et al. 2003, Gregati et al. 2006). Su valor comercial estimado es de 25-40 euros por espécimen (Calado 2006). En la actualidad, se extraen especímenes de poblaciones silvestres para el comercio de acuarios, aunque se están desarrollando técnicas de cultivo comercial (Calado et al. 2003). Calado (2006) considera que esta especie es vulnerable en Madeira debido a su valor comercial y su novedad en el mercado de acuarios. No hay datos disponibles sobre las capturas de esta especie y se desconoce si la recolección de especímenes silvestres tiene algún efecto significativo en el tamaño de su población.
Además, los arrecifes de coral del Caribe están expuestos a una serie de amenazas, como el aumento de la sedimentación, la contaminación y el cambio climático, que han provocado una importante degradación de los hábitats de los arrecifes de coral (Caribbean Environment Programme 2001). Sin embargo, esta especie está ampliamente distribuida y, por lo tanto, es poco probable que esté experimentando una disminución significativa en el tamaño de su población.
No existen medidas de conservación específicas para esta especie y solo unos pocos países han implementado regulaciones sobre la recolección de decápodos ornamentales.
Se necesitan más investigaciones sobre el ciclo de vida, la estructura de la población y el nivel de recolección (Calado et al. 2003).