Es una ave de tamaño mediano, con una longitud de unos 25 centímetros. Tiene la cabeza y el cuello negros, la nuca blanca, y una banda negra que atraviesa el ojo. El resto del cuerpo es de color verde brillante, con el vientre y el pecho más claros. Las alas y la cola son también de color verde, con las puntas negras.
La urraca de nuca blanca es omnivora, y su dieta incluye una variedad de frutas, frutos secos, semillas, insectos, pequeños mamíferos, reptiles y aves.
Se encuentra en una variedad de hábitats, incluyendo bosques tropicales, sabanas y bosques. Es una ave social, ya menudo se ve en grupos de hasta 30 individuos.
Es una especie monógama, y las parejas se reproducen de por vida. Los nidos son construidos en los árboles, y ambos padres ayudan a criar a las crías.
Es un ave inteligente, y es conocida por su capacidad para usar herramientas. Se ha observado usando palos para abrir insectos, y también se ha visto usando hojas como paraguas para protegerse del sol.
Se encuentra en el extremo noreste de Brasil, Guayana Francesa, Guyana, Surinam, y este de Venezuela.
Está clasificada como de Preocupación Menor por la UICN. No se enfrenta a ninguna amenaza significativa, y su población se considera estable.
Es importante destacar que la La urraca de nuca blanca es una especie única que se encuentra únicamente en regiones de Latinoamérica. Esto significa que el impacto de la desaparición de esta especie sería devastador para el ecosistema local.
La urraca de nuca blanca no enfrenta ninguna amenaza significativa en este momento. Sin embargo, hay algunos factores que podrían afectar su población en el futuro, incluyendo:
Pérdida de hábitat: La urraca de nuca blanca necesita bosques tropicales y sabanas para sobrevivir. La deforestación y el desarrollo humano podrían reducir su hábitat y causar una disminución en su población.
Pesca furtiva: La urraca de nuca blanca es una especie popular de caza furtiva. Sus plumas son utilizadas para hacer adornos y sus huevos son consumidos por los humanos.
Contaminación: La contaminación del aire y el agua podría afectar la salud de la urraca de nuca blanca y reducir su capacidad para reproducirse.
Los resultados de estas dos evaluaciones indican que esta especie de ave se encuentra en un estado de vulnerabilidad, es decir, está en peligro de extinción. Es importante destacar que la Chara de Cayena es una especie única que se encuentra únicamente en regiones de Latinoamérica. Esto significa que el impacto de la desaparición de esta especie sería devastador para el ecosistema local.